Refugiarme en aquel letargo no servía de nada, por lo que me he rescatado de allí. Hubiera preferido que me hubiera sacado otra persona, así sería más fácil determinar quién merece la pena de verdad en mi vida. Estos días estoy egoísta porque solo me tengo a mí para hacer algo conmigo, para aclararme, para desahogarme. No es lo más útil desahogarse con uno mismo, pero es lo que hay en estos momentos.
No sé de qué me va a servir salir de mi letargo, mi madriguera y refugio. Ni escribiendo esto sé lo que me ocurre...Quiero pedir ayuda, dar afecto y recibirlo, pero ¿por qué no encuentro a la persona? Quizá es que exijo demasiado...o que los demás no dan tanto. Estoy harta de machacarme por unos que no merecen la pena, aunque me entere de lo que hago demasiado tarde. Ahora apenas dos o tres personas son las que considero verdaderas personas.
Soy una oveja negra en cualquier lugar...y lo peor es que ya me da igual. No es que quiera serlo, pero me he acostumbrado a tener este carácter, esta forma de pensar, tan estúpidos...Quisiera ser una adolescente normal, de esas que solo se preocupan por tener una punta abierta o mal hecha la manicura. Por los chicos y por sus amigas. Sus únicas preocupaciones son superficiales.
Pero por suerte o por desgracia, un rotundo no.
Quizás el camino no sea tan arduo de emprender...o quizás ya haya comenzado...
No hay comentarios:
Publicar un comentario