viernes, 2 de abril de 2010
Parte 3: Callado.
Al llegar a su casa, Marcos abrió con brusquedad la puerta. No había nadie, como era de esperar. Subió con desgana las escaleras hasta su cuarto, y al entrar puso el cerrojo. Abrió la mochila y sacó su cuaderno. Un cuaderno que Fía no había visto nunca, y un cuaderno del que Michelle desconocía la existencia. En aquellos escritos se encontraba su salvación, y la destrucción de Marcos. Pasaba las hojas con rapidez, sin mucho interés, ya conocía lo que guardaban esos textos. Lo guardó en una caja con candado que dejó bajo la cama. Pensó en que le habría gustado que Michelle supiera que tenía ese cuaderno en sus manos, que Fía supiera que no lo iba a encontrar donde quiera que estuviese. Pero sería cobarde, y no diría nada.
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