domingo, 9 de noviembre de 2008

A la noche

Salve, oh tú, noche serena,Que al mundo velas augusta,Y los pesares de un tristeCon tu oscuridad endulzas.El arroyuelo a lo lejosMás acallado murmura,Y entre las ramas el auraEco armonioso susurra.Se cubre el monte de sombrasQue las praderas anublan,Y las estrellas apenasCon trémula luz alumbran.Melancólico ruidoDel mar las olas murmuran,Y fatuos, rápidos fuegosEntre sus aguas fluctúan.El majestuoso ríoSus claras ondas enluta,Y los colores del campoSe ven en sombra confusa.Al aprisco sus ovejasLleva el pastor con premura,Y el labrador impacienteLos pesados bueyes punza.En sus hogares le esperanSu esposa y prole robusta,Parca cena, preparadaSin sobresalto ni angustia.Todos suave reposoEn tu calma, ¡oh noche!, buscan,Y aun las lágrimas tus sueñosAl desventurado enjugan.¡Oh qué silencio! ¡Oh qué grataOscuridad y tristura!¡Cómo el alma contemplarosEn sí recogida gusta!Del mustio agorero búhoEl ronco graznar se escucha,Que el magnífico reposoInterrumpe de las tumbas.Allá en la elevada torreLánguida lámpara alumbra,Y en derredor negras sombras,Agitándose, circulan.Mas ya el pértigo de plataMuestra naciente la luna,Y las cimas del oteroDe cándida luz inunda.Con majestad se adelantaY las estrellas ofusca,Y el azul del alto cieloReverbera en lumbre pura.Deslízase manso el ríoY su luz trémula ondulaEn sus aguas retratada,Que, terso espejo, relumbran.Al blando batir del remoDulces cantares se escuchanDel pescador, y su barcoAl plácido rayo cruza.El ruiseñor a su esposaCon vario cántico arrulla,Y en la calma de los bosquesDice él solo sus ternuras.Tal vez de algún caseríoSe ve subir en confusasOndas el humo, y por ellasEntreclarear la luna.Por el espeso ramajePenetrar sus rayos dudan,Y las hojas que los quiebran,Hacen que tímidos luzcan.Ora la brisa suaveEntre las flores susurra,Y de sus gratos aromasEl ancho campo perfuma.Ora acaso en la montañaEco sonoro modulaAlgún lánguido sonido,Que otro a imitar se apresura.Silencio, plácida calmaA algún murmullo se juntanTal vez, haciendo más grataLa faz de la noche augusta.¡Oh! salve, amiga del triste,Con blando bálsamo endulzaLos pesares de mi pecho,Que en ti su consuelo buscan.

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